Filosofía Aquí y Ahora
Hay
filosofía porque el hombre intenta trascenderse a sí mismo, porque el hombre se
sabe finito, sabe que va a morir y que sus días están contados. El hombre tiene
pavor a la muerte, y sin embargo se puede preguntar por la muerte sin huir de
ella, sin ocultarla tras drogas o distractores. La filosofía pone los hechos
por delante.
En
ella el hombre busca la situación del mundo, su situación del mundo, y lo
piensa aquí y ahora. O se hace ahora o no se sabe si se hará más adelante.
Filosofar es necesario porque el país necesita pensar, salir de todo aquello
que distrae a sus ciudadanos en medio de lo superfluo y la estupidez. En la
televisión y en los medios se trabaja para hacer estúpidas a las personas, el
poder a través de los medios de comunicación intenta colonizar a los sujetos,
sujetarlos.
Los
medios y el poder evitan que la gente piense su situación, que quizás no le
gusta su trabajo, que debería cambiar su forma de vida, que quizás debería irse
o estar en su casa, amar a sus hijos, a su mujer o escapar de todo. O que se dé
cuenta que ese aparato de medios está ahí para idiotizarlo. Si las personas
hacen conciencia crítica de su situación hacen en realidad algo muy sencillo:
apagan la tele, porque desde ahí le quitan su libertad. Cuando un tipo apaga el
televisor ahí comienza su libertad.
Las
preguntas de la filosofía son preguntas que no todos quieren preguntar, porque
sus preguntas involucran toda la existencia, por ello todo está organizado para
que la gente no se haga esas preguntas, por ejemplo, ¿Por qué a veces las cosas
son injustas? ¿Por qué hay hambre? ¿Por qué hay gente que tiene tanto y gente
que tiene tan poco? Esas son preguntas filosóficas. Pero además la filosofía
tiene preguntas fundamentales, como ¿Por qué hay lo que hay? No hay nada más revolucionario
que pararse frente a la realidad, la teología o los gobiernos y dudar de ellas,
cuestionarlas.
Por
ello el pensamiento requiere de la libertad para ejercerse. Dudar de todo, no
creer en aquello que nos han dicho sin reflexionarlo. La filosofía nos hace no
dejar que nos metan vértigos consumistas en nuestra conciencia, exige que
siempre tengamos un pensamiento libre y sólo una conciencia crítica es libre.
Además, hace evidente que la crítica sólo puede ser asumida desde la
autenticidad.
Decía Sartre (filósofo francés) que cada hombre es lo que hace con lo que
hicieron de él. Desde que nacemos pasa con nosotros algo, nos hablan, nos meten
una legua, la gente no puede ser libre hasta que no pueda decir sus propias
palabras. Hay cosas que nos determinan: el gobierno, el inconsciente, la
naturaleza, pero a partir de algún momento debemos elegir lo que queremos ser.
Esto requiere coraje. Sin filosofía la vida que alguien lleva es una vida que
puede parecerle injusta, pero la vive mansamente, no cambia de trabajo, deja
que el jefe lo trate mal, come mala comida, saluda a su mujer y se va a dormir.
Pasan
los días de la vida sin que pase algo. Sin filosofía no nos asustamos, no nos
amargamos, pero nada interesante pasa. Hubiera sido más interesante si las
personas se dieran cuenta que llevan una vida de porquería, que el trabajo es
pésimo, que el jefe los humilla, que no necesitan comprar productos basura, que
no quieren seguir con sus esposas o esposos, que quieren o no tener hijos.
La
filosofía nos da la oportunidad de pensar que la tv es una chatarra, que las
mujeres no muestran más la cara y sólo muestran esferas de su cuerpo como si no
tuvieran ojos o nariz o boca. Entonces, uno se da cuenta que está sólo para
decidir. Ahí uno deja de pertenecer a la manada y se pertenece a uno mismo. Con
todas las responsabilidades que eso implica.
La
idea de "el aquí y el ahora", de la experiencia inmediata y del
presente, es uno de los principios más importantes y a la vez más difíciles de
mantener ¿Por qué? Por la sencilla razón que las personas tienden a hablar
continuamente del pasado y de sus experiencias como si fueran hechos
históricos.
Por
eso, con el objetivo de fomentar la conciencia del ahora, se les sugiere que se
comuniquen en tiempo presente. Para lograr este objetivo se les suelen hacer
las siguientes preguntas: ¿Qué te está pasando ahora mismo? ¿De qué tienes
conciencia ahora? ¿Qué estás sintiendo en este instante? ¿Qué necesidad sientes
que está surgiendo en ti en este momento? De esta forma se promueve un
intercambio en "aquí y ahora".
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